sábado, 20 de abril de 2013

Paula y su cuento en París

LA PERLA DE EIFFEL
Algun día, en París. Unos jóvenes encontraron, entre el musgo de unos de los puentes del río Sena, una leyenda. Ponía que Eiffel, el creador de la torre Eiffel, había escondido un diamante sagrado en algún sitio de la gran París.

Estos, se lo contaron a su amigo que era el sobrino de uno de los guardias del Museo del Louvre. El guarda les explicó que faltaba parte del texto, pero que había una inscripción con una parte señalada del Arco del Triunfo.

Ponía que los mercanceres debian hacer un trabajo muy laborioso y Eiffel le dió el diamante para que la escondieran y no tuvieran que trabajar. Tambien ponía que les gustaban las cumbres. Los chicos y el guarda subieron en la cumbre del triángulo más alto del Louvre.
Miraron, pero no había nada.
Así que, pensaron en otra cumbre.

Fueron a la Iglesia del Sagrado Corazón y tampoco.








Probaron en Notre Dame.
Tampoco estaba.

Miraron en el Obelisco y al no ver nada, se rindieron.
Hasta que al guardia se le ocurrió el pico más alto de París.


Al llegar a la Torre Eiffel, con la ayuda de un helicóptero llegaron rápidamente a la cima y... allí estaba, el diamante perdido de Eiffel. Era grande, rojo y tenía pinta de valioso y decidímos entregárselo al Museo del Louvre para que lo pusiera en exposición.

Dos cuentos de Esther


Un día, dos amigos fueron de excursión. El chico se llamaba Victor, y su amiga María José. Quedaron en ir a un lugar de Almería. Mari le propuso a Victor:
- ¿Y si cogemos un autobús y vamos a cualquier sitio?
- Vale, pero tenemos que ir a un lugar en el que lo pasemos bien.
Subieron a un autobús, fueron desde Retamar hasta Almería.

Victor vio el Teatro Cervantes y tuvo una idea:
- Eh, Mari, ¿que te parece si entramos?
- Pero si va a cerrar en menos de media hora.
Mari se quedó hablando sola. Victor ya fue corriendo hacia el teatro para entrar. Mari se bajó del autobús enfadada porque nadie le escucha cuando habla en serio.
Cuando entraron, vieron que había mucha gente. Mari intentó pasar a la sala, pero estaba llena. Se peleó con un niño pequeño por intentar quitarle el asiento. Perdió.
Victor mientras fue al baño. Echaron a Mari de la sala. Se puso a buscar a Victor. Cuando Victor salió del baño Mari estaba sentada en el suelo. En el Teatro se aburrían, a si que se dirigieron hacia la entrada para irse. Victor intentó abrir la puerta, pero no podía. Mari miró por una ventana y se asustó mucho, porque se había hecho de noche. Victor se fué a explorar con Mari por l Teatro. Se metieron por detrás del telón.
Mari vio una cruz en el suelo (pero que no es pintada, si no un objeto) encima de un charco de...¡¿Sangre?!
Se quedó pálida del susto. Victor empezó a abrir armarios y mirar debajo de alfombras de decoración. Miró detrás de un armario. Al separarlo de la pared, vio una puerta de madera muy vieja y estropeada,la abrió y bajó unas escaleras junto a Mari. Cuando bajaron, estaba todo escuro, pero se podía ver un poco. Era un sótano con muebles antiguos rotos y sucios. Mari se miró en un espejo. Pasó la mano por el espejo para quitar el manto de polvo, al mirarse, no vio su reflejo, si no que vio una cara espantosa y terrorífica, y al segundo, el espejo se rompió. Mari gritó muy fuerte. Victor encontró una foto en blanco y negro de una mujer sonriendo, abajo ponía su nombre: Conchita Robles.
Mientras Victor contemplaba la fotografía de la mujer, la puerta se abrió de par en par. Mari y Victor miraron hacia las escaleras.
Vieron una mujer como flotando con un tono transparente subiendo. Mari pensó que era un fantasma. Mari subió corriendo detrás del fantasma, pero ya no estaba. La puerta principal del teatro se abrió; era un guardia que estaba abriendo la puerta para una actuación. Se había hecho de día muy rápido. Le avisaron al guardia muy nerviosos que había un fantasma en el Teatro Cervantes. El guardia dijo:
Ya lo sé. Ese fantasma es de una mujer que murió asesinada en medio de una actuación en público. Durante el teatro, uno de los actores era el ex-novio de la mujer. En la actuación se usaban armas, entonces el hombre aprovechó para asesinarle, la mujer se llamaba Conchita Robles.Los chicos no dijeron nada de la foto ni del sótano, para que siempre permaneciera en secreto.
Basado en hechos reales


Las aventuras de una gata

Nací en una ciudad, con muchas personas y gatos. Estaba de paseo con mi familia, cuando vi una cosa que me llamaba la atención. Estaba en el aire, como
distraigas, que tenemos prisa.
Intenté pillar la mariposa, pero se me escapó. Cuando
- ¿Mamá? ¿Donde estás? 
Y desde ese día, no les volví a ver.
y las otras dos personas... ¡Un momento! ¡Dejadme!
Intenté escapar. Cruzando la carretera, un coche venía
llamarme con algún nombre, significa que es mi dueño.
Cada vez que me veían me decían:
- Solo será una semana, te echaremos de menos.
Pero sigo sin saber que significa “Bichilla”.
¡Fin!


los pájaros, se movía mucho y muy rápido. Mi madre
me dijo:
- Eso es una mariposa, son muy divertidas, pero no te

miré a mi derecha, no estaban, habían desaparecido.
Hoy, tengo mucha hambre y los pájaros me temen:
ya me he comido 5. Estoy viendo unas personas que no
parecen de por aquí. Dos han entrado en una tienda,
a toda velocidad hacia mí. Cuando estaba a punto de
pillarme, se detuvo rápidamente. Las personas que me
intentaron coger pararon el coche. Aprovecharon para
cogerme y meterme en su coche. Ahí dentro hacía
calor y tenía miedo.
Al rato, llegamos a un sitio lleno plantas, y en la calle
había poca gente. Me metieron en un sitio con césped
y me dieron leche y una salchicha. ¡Que rico! Luego me
pusieron un plato con unas bolitas que olían delicioso.
Con el tiempo me fui acomodando, ya no les tenía
miedo. De tanta comida empecé a ponerme gordita.
Mi madre me decía que si una persona empezaba a
- ¡Bichilla! ¡Ven!
¿Bichilla? ¿Que es eso? ¿Se come?
Una día, me encontré una cosa, que era suave y
grande, una manta. Siempre que la veía, me dormía en
ella, pero luego mis dueños se enfadaban.
¿Porque se enfadan? Si está lleno de pelos, es mi
propiedad, ¿no? Entonces, vi una cama, y pusieron mi
manta encima, y la cama era de mi tamaño. Al menos
tengo una cama para mi sola. Desde entonces, cada
vez que me dan una comida muy rica como pescado,
mejillones o yogur, me lo como yo solita, pero luego
me gritan. Cada vez que hago algo yo sola se enfadan,
a mi mamá le gustaba.
Un día, entré a la casa de al lado, donde hay muchos
perros. Tuve que salir corriendo porque me dieron una
paliza. Mis dueño se preocuparon mucho y me curaron.
Encima, al día siguiente, trajeron otro gato a casa.
¡Que rollo! Cada animal que entra en mi casa es mi
enemigo.

Un día se fueron de casa y me dejaron sola. Mis
dueñas Esther y Cristina me dijeron:
Me dejaron comida porque no podía entrar en casa.
Me dormí un momento, y cuando desperté, todo el
montón de comida que tenía desapareció.
¡Maldito gato tuerto! Ese gato siempre me quita hasta
el váter. Creo que ese “váter” se llama césped...
Me tuve que buscar la vida y alimentarme a base de
bichos y agua de los charcos. Cuando volvieron, estaba
loca por querer entrar en casa. Hice como mi dueña.
Nada más entrar, tirarme al sofá.