sábado, 20 de abril de 2013

Paula y su cuento en París

LA PERLA DE EIFFEL
Algun día, en París. Unos jóvenes encontraron, entre el musgo de unos de los puentes del río Sena, una leyenda. Ponía que Eiffel, el creador de la torre Eiffel, había escondido un diamante sagrado en algún sitio de la gran París.

Estos, se lo contaron a su amigo que era el sobrino de uno de los guardias del Museo del Louvre. El guarda les explicó que faltaba parte del texto, pero que había una inscripción con una parte señalada del Arco del Triunfo.

Ponía que los mercanceres debian hacer un trabajo muy laborioso y Eiffel le dió el diamante para que la escondieran y no tuvieran que trabajar. Tambien ponía que les gustaban las cumbres. Los chicos y el guarda subieron en la cumbre del triángulo más alto del Louvre.
Miraron, pero no había nada.
Así que, pensaron en otra cumbre.

Fueron a la Iglesia del Sagrado Corazón y tampoco.








Probaron en Notre Dame.
Tampoco estaba.

Miraron en el Obelisco y al no ver nada, se rindieron.
Hasta que al guardia se le ocurrió el pico más alto de París.


Al llegar a la Torre Eiffel, con la ayuda de un helicóptero llegaron rápidamente a la cima y... allí estaba, el diamante perdido de Eiffel. Era grande, rojo y tenía pinta de valioso y decidímos entregárselo al Museo del Louvre para que lo pusiera en exposición.

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