LA
PERLA DE EIFFEL
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Algun día, en París.
Unos jóvenes encontraron, entre el musgo de unos de los puentes
del río Sena, una leyenda. Ponía que Eiffel, el creador de la
torre Eiffel, había escondido un diamante sagrado en algún sitio
de la gran París. |
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Estos, se lo contaron
a su amigo que era el sobrino de uno de los guardias del Museo del
Louvre. El guarda les explicó que faltaba parte del texto, pero
que había una inscripción con una parte señalada del Arco del
Triunfo. Ponía que los mercanceres debian hacer un trabajo muy laborioso y Eiffel le dió el diamante para que la escondieran y no tuvieran que trabajar. Tambien ponía que les gustaban las cumbres. Los chicos y el guarda subieron en la cumbre del triángulo más alto del Louvre. |
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Miraron, pero no
había nada. Así que, pensaron en otra cumbre. |
Fueron a la Iglesia
del Sagrado Corazón y tampoco. |
Probaron en Notre Dame. Tampoco estaba. |
Miraron en el
Obelisco y al no ver nada, se
rindieron. Hasta que al guardia se le ocurrió el pico más alto de París. |
Al llegar a la Torre
Eiffel, con la ayuda de un helicóptero llegaron rápidamente a la
cima y... allí estaba, el diamante perdido de Eiffel. Era grande,
rojo y tenía pinta de
valioso
y decidímos entregárselo al Museo del Louvre para
que lo pusiera en exposición. |
sábado, 20 de abril de 2013
Paula y su cuento en París
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