Un día, dos amigos fueron de
excursión. El chico se llamaba Victor, y su amiga María José.
Quedaron en ir a un lugar de Almería. Mari le propuso a Victor:
- ¿Y si cogemos un autobús y vamos a
cualquier sitio?
- Vale, pero tenemos que ir a un lugar
en el que lo pasemos bien.
Subieron a un autobús, fueron desde
Retamar hasta Almería.
Victor vio el Teatro Cervantes y tuvo
una idea:
- Eh, Mari, ¿que te parece si
entramos?
- Pero si va a cerrar en menos de media
hora.
Mari se quedó hablando sola. Victor ya fue corriendo hacia el teatro para entrar. Mari se bajó del autobús enfadada porque nadie le escucha cuando habla en serio.
Mari se quedó hablando sola. Victor ya fue corriendo hacia el teatro para entrar. Mari se bajó del autobús enfadada porque nadie le escucha cuando habla en serio.
Cuando entraron, vieron que había
mucha gente. Mari intentó pasar a la sala, pero estaba llena. Se
peleó con un niño pequeño por intentar quitarle el asiento.
Perdió.
Victor mientras fue al baño. Echaron a
Mari de la sala. Se puso a buscar a Victor. Cuando Victor salió del
baño Mari estaba sentada en el suelo. En el Teatro se aburrían, a
si que se dirigieron hacia la entrada para irse. Victor intentó
abrir la puerta, pero no podía. Mari miró por una ventana y se
asustó mucho, porque se había hecho de noche. Victor se fué a
explorar con Mari por l Teatro. Se metieron por detrás del telón.
Mari vio una cruz en el suelo (pero que
no es pintada, si no un objeto) encima de un charco de...¡¿Sangre?!
Se quedó pálida del susto. Victor
empezó a abrir armarios y mirar debajo de alfombras de decoración.
Miró detrás de un armario. Al separarlo de la pared, vio una puerta
de madera muy vieja y estropeada,la abrió y bajó unas escaleras
junto a Mari. Cuando bajaron, estaba todo escuro, pero se podía ver
un poco. Era un sótano con muebles antiguos rotos y sucios. Mari se
miró en un espejo. Pasó la mano por el espejo para quitar el manto
de polvo, al mirarse, no vio su reflejo, si no que vio una cara
espantosa y terrorífica, y al segundo, el espejo se rompió. Mari
gritó muy fuerte. Victor encontró una foto en blanco y negro de una
mujer sonriendo, abajo ponía su nombre: Conchita Robles.
Mientras Victor contemplaba la
fotografía de la mujer, la puerta se abrió de par en par. Mari y
Victor miraron hacia las escaleras.
Vieron una mujer como flotando con un
tono transparente subiendo. Mari pensó que era un fantasma. Mari
subió corriendo detrás del fantasma, pero ya no estaba. La puerta
principal del teatro se abrió; era un guardia que estaba abriendo la
puerta para una actuación. Se había hecho de día muy rápido. Le
avisaron al guardia muy nerviosos que había un fantasma en el Teatro
Cervantes. El guardia dijo:
Ya lo sé. Ese fantasma es de una
mujer que murió asesinada en medio de una actuación en público.
Durante el teatro, uno de los actores era el ex-novio de la mujer.
En la actuación se usaban armas, entonces el hombre aprovechó para
asesinarle, la mujer se llamaba Conchita Robles.Los chicos no dijeron nada de la foto
ni del sótano, para que siempre permaneciera en secreto.
Basado
en hechos reales
Las
aventuras de una gata
distraigas, que tenemos prisa.
Intenté pillar la mariposa, pero se me escapó. Cuando
- ¿Mamá? ¿Donde estás?
Y desde ese día, no les volví a ver.
y las otras dos personas... ¡Un momento! ¡Dejadme!
Intenté escapar. Cruzando la carretera, un coche venía
llamarme con algún nombre, significa que es mi dueño.
Cada vez que me veían me decían:
- Solo será una semana, te echaremos de menos.
Pero sigo sin saber que significa “Bichilla”.
¡Fin!
los
pájaros, se movía mucho y muy rápido. Mi madre
me
dijo:
-
Eso es una mariposa, son muy divertidas, pero no te
miré
a mi derecha, no estaban, habían desaparecido.
Hoy,
tengo mucha hambre y los pájaros me temen:
ya
me he comido 5. Estoy viendo unas personas que no
parecen
de por aquí. Dos han entrado en una tienda,
a
toda velocidad hacia mí. Cuando estaba a punto de
pillarme,
se detuvo rápidamente. Las personas que me
intentaron
coger pararon el coche. Aprovecharon para
cogerme
y meterme en su coche. Ahí dentro hacía
calor
y tenía miedo.
Al
rato, llegamos a un sitio lleno plantas, y en la calle
había
poca gente. Me metieron en un sitio con césped
y
me dieron leche y una salchicha. ¡Que rico! Luego me
pusieron
un plato con unas bolitas que olían delicioso.
Con
el tiempo me fui acomodando, ya no les tenía
miedo.
De tanta comida empecé a ponerme gordita.
Mi
madre me decía que si una persona empezaba a
-
¡Bichilla! ¡Ven!
¿Bichilla?
¿Que es eso? ¿Se come?
Una
día, me encontré una cosa, que era suave y
grande,
una manta. Siempre que la veía, me dormía en
ella,
pero luego mis dueños se enfadaban.
¿Porque
se enfadan? Si está lleno de pelos, es mi
propiedad,
¿no? Entonces, vi una cama, y pusieron mi
manta
encima, y la cama era de mi tamaño. Al menos
tengo
una cama para mi sola. Desde entonces, cada
vez
que me dan una comida muy rica como pescado,
mejillones
o yogur, me lo como yo solita, pero luego
me
gritan. Cada vez que hago algo yo sola se enfadan,
a
mi mamá le gustaba.
Un
día, entré a la casa de al lado, donde hay muchos
perros.
Tuve que salir corriendo porque me dieron una
paliza.
Mis dueño se preocuparon mucho y me curaron.
Encima,
al día siguiente, trajeron otro gato a casa.
¡Que
rollo! Cada animal que entra en mi casa es mi
enemigo.
Un
día se fueron de casa y me dejaron sola. Mis
dueñas
Esther y Cristina me dijeron:
Me
dejaron comida porque no podía entrar en casa.
Me
dormí un momento, y cuando desperté, todo el
montón
de comida que tenía desapareció.
¡Maldito
gato tuerto! Ese gato siempre me quita hasta
el
váter. Creo que ese “váter” se llama césped...
Me
tuve que buscar la vida y alimentarme a base de
bichos
y agua de los charcos. Cuando volvieron, estaba
loca
por querer entrar en casa. Hice como mi dueña.
Nada
más entrar, tirarme al sofá.
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