Erase una vez en un pueblecito de Almería, vivía un chaval
llamado Pablo que vivía en una casa muy bonita,
grande y espaciosa.
Tenía un gran salón, con cortinas rojas con un bordado
dorado, una gran chimenea de piedra con trozos de leña en el interior, sofás de
cuero colocados delante del televisor y al lado de una puertecita muy pequeña
con un pomo dorado.
Los padres de Pablo le dijeron por orden del antiguo dueño
de la casa, que no la abrieran nunca bajo ninguna circunstancia.
Pero una noche en la que los padres de Pablo se fueron a
cenar fuera, el invito a tres amigos Juan, Pepe y Gilberto, y decidieron abrir
la puertecita. ¡Esta atrancada! Exclamaron a coro los amigos.
Pero Gilberto, también conocido como “El Experto”, cogió una
palanca u forzó la cerradura. Dentro había un diario con aspecto de muy
antiguo,
Pablo lo cogió y empezó a leer un párrafo del libro que decía: Si a
los monstruos quieres llamar grita tres veces culichum tri mun. Ellos se creían
que era broma y lo repitieron tres veces, pero de repente el suelo se agitó y
empezaron a salir unos zombis del suelo y ¡PUM! Agarraron a Juan y el no paró
de chillar hasta que Pepe que llevaba zapatos de tacos para jugar al futbol le
arreo una patada al zombi y su cabeza salió disparada como un balón y chocó con
un radiocasete que hizo que empezara a sonar la canción de Michael Jackson
–Thriller.
Así que los zombis empezaron a bailar y aprovecharon y montaron una
fiesta impresionantemente alucinante.
Y colorín colorado el
casete de sonar ha parado y los zombis se han largado.
FIN. De Paco Ramos 6ºB